Respecto al tamaño oficio a la hora de imprimir desde Microsoft Office

Escribo este post más a manera de recordatorio, ya que la situación se me ha presentado varias veces y siempre que la logro resolver pienso «¡claro, ya me acordé cómo fue que lo hice esa vez!». Tiene que ver con la impresión de documentos tamaño Oficio.

Tamaño LegalEl problema, como he dicho, siempre es el mismo: el tamaño «Oficio» no es el mismo tamaño «Legal». El tamaño Legal listado en Word y otros programas de Office tiene unas dimensiones de un poco más de 21 centímetros y medio por un poco más de 35 centímetros y medio, mientras que el tamaño Oficio que se consigue en las papelerías y que es el más usado (de lo que puedo decir) después del tamaño Carta tiene unas dimensiones de un poco más de 21 centímetros y medio por unos 33 centímetros. A lo largo es como una pulgada de más; al esperar la impresora una hoja Legal pero recibir una tamaño Oficio, no va a imprimir todo, perdiendo información hacia los bordes de la hoja.

La solución, por supuesto, es especificar correctamente el tamaño del papel en el documento. El tamaño correcto se puede encontrar (en Office 2010) yendo un poco hacia abajo en la lista de tamaños disponibles, y se llama 8.5×13.

Todo este problema era causado por mi conclusión de que, al ser el tamaño Oficio el segundo más usado para impresiones en Colombia, y al estar el tamaño Legal segundo en la lista de tamaños que provee Office, los tamaños se correspondían. Pero no es así, de modo que escribo esto también en caso de que alguien más tenga mi misma errónea idea y se esté imaginando que su computador está poseído, como escuché a alguien decir esta mañana.

Sobre los discos de estado sólido

SSD

Hace menos de una semana compré un ultrabook, con unos impresionantes 256 GB en estado sólido. Pruebas iniciales me dieron aliento en velocidades de escritura, y estaba totalmente encantado hasta que hablando con unos compañeros de trabajo sobre memorias alteradas que dicen tener más capacidad de la que realmente tienen, me asusté. Empecé a buscar por Internet y encontré que una manera de mirar si esto se cumple es llenando el disco al máximo y tratando de acceder un archivo previamente guardado.

Resulta que la manera en que estos discos alterados funcionan, aparentemente, es modificando el controladores que le dicen al sistema operativo cuánto espacio queda. En otros lados dice que tiene que ver más bien con la tabla de archivos de los sistemas FAT32. En este último caso mi preocupación no tendría fundamento, pues mi sistema viene con NTFS por defecto. En el primer caso, por otro lado, la teoría que leí seguía diciendo que una vez se llenaba el disco duro a cu capacidad real, seguía escribiendo y sobre-escribiendo sobre lo que ya estaba en el disco. Esto hacía que los primeros archivos escritos en el disco duro quedaran corruptos e inutilizables. En mi mente el miedo a la estafa ya estaba andando, y hice lo que cualquier haría: llenar el disco a su máxima capacidad y tratar de acceder algún archivo previamente guardado.

Mala idea. No sólo comprobé que no había absolutamente nada malo con mi disco, sino que el sistema de archivos quedó completamente fragmentado. Después de comunicar que mis temores estaban despejados, hice lo que me recomendaron, y que yo habría hecho aunque no me lo hubieran recomendado: desfragmenté el disco duro. Peor idea. Después de desfragmentar el disco duro se me ocurrió averiguar por la verdadera utilidad de fragmentar un disco duro de estado sólido. Resulta que no solamente es un proceso innecesario, sino que acorta la vida útil del disco duro.

En un disco duro convencional, los platos del disco se mueven, como un CD, y la cabeza lectora del disco duro lee los datos de la superficie de los discos. Cuando se fragmenta el sistema de archivos, quiere decir que pedazos de datos que deberían ir juntos son mandados a diferentes partes del disco, y cuando la cabeza lectora va a leerlos, tiene que moverse más para recuperar todos los pedazos, que si estuvieran cerca físicamente. Eso se traduce en mayor tiempo leyendo datos del disco duro, en caída de rendimiento del sistema, y en mayor desgaste por parte de la cabeza lectora. En un disco de estado sólido, los datos son recuperados a la misma velocidad sin importar si están cerca o lejos. Es por eso que la fragmentación del sistema de archivos no tiene peso en el rendimiento del disco. Es más, la fragmentación es hecha a propósito. Veamos:

Por el diseño y construcción de los discos de estado sólido, estos vienen con un número finito de veces que se puede escribir en cada sector. Una vez se alcanza dicho número, el disco sólo es utilizable como lectura. Este número es bastante alto, suficiente como para que un usuario normal reemplace el disco por uno que venga con un computador más nuevo antes de reemplazarlo por desgaste. Sin embargo ese límite existe y es importante conocer de su existencia.

Los primeros discos duros de estado sólido tenía un problema de agotamiento de vida útil demasiado pronto, ya que los primeros sectores del disco duro alcanzaban su vida útil demasiado rápido, debido al uso normal. Es por eso que se ideó una manera de alargar la vida útil del disco duro. Los que sucede ahora es que, debido a que a los discos de estado sólido no les importa si un pedazo de un archivo quedó cerca a otro o no, ya que la velocidad de lectura y escritura es la misma, cuando un archivo es eliminado y otro añadido, en vez de sobre-escribir el mismo sector, el sistema operativo envía el nuevo archivo a un pedazo del disco que no se hubiera usado últimamente, reduciendo así el número de escrituras de cada bloque, repartiéndolas por todo el disco.

Al llenar completamente un disco duro con información, como yo hice, los pedazos libres que quedan para que el sistema operativo utilice son menos, y las escrituras tienen menos lugar para repartirse. Eso acorta la vida útil del disco duro. No sólo eso, sino que al desfragmentar el disco duro, el sistema operativo trata de mover (escribir) pedazos que no están juntos, para ponerlos juntos. Esto acorta aún más la vida del disco duro, y no trae beneficio aparente (al menos en el primer caso pude comprobar que nada andaba mal con mi disco). Así es que, nunca desfragmentar un disco duro de estado sólido, y nunca llenarlo al tope para después vaciarlo, a menos que absolutamente necesario.

No he visto por ahora ninguna merma en el rendimiento de mi disco duro, aunque uno nunca sabe.

Ajuste de línea en jqGrid

Si se quiere tener ajuste de línea en los nombres de las columnas en una tabla manejada por jqGrid, sólo basta con añadir las siguientes reglas css:

.ui-jqgrid tr.jqgrow td {
  white-space: normal !important;
}

Estas reglas pueden ser añadidas en el propio documento entre las etiquetas

<style>
.ui-jqgrid tr.jqgrow td {
  white-space: normal !important;
}
</style>

o en un archivo aparte. Pero no es recomendado editar el archivo CSS propio de jqGrid.

Guía extrema de Tuning para Gnome: Cursores del ratón (i)

Es esa cosa fastidiosa que se mueve de un lado a otro de la pantalla, que no se sabe para qué es, y sí que molesta. Esa flechita, como no, también se puede cambiar para que nos moleste de una manera diferente a cada vez.

En el cuadro de Apariencia, al que accedemos por medio de clic derecho en el escritorio, o por medio de SistemaPreferenciasApariencia, tenemos una pestaña llamada Tema. En esa ventana están todas las configuraciones que estén guardadas de los temas que usamos. Los temas se componen de Controles, Colores, Bordes de la ventana, Iconos y, lo que nos interesa hoy, Punteros. De cada uno de ellos hablaré en otros posts de esta serie.

Diálogo de selección de cursor

Podemos personalizar el tema actual, haciendo clic en el botón en el que se lee Personalizar…. ¿Fácil, no? En el cuadro que se nos abre, vemos una pestaña por cada uno de los componentes del tema, yendo en el último lugar el puntero o cursor. En esta pantalla es posible cambiar el cursor entre los que tengamos instalados.

Ahora veamos cómo exactamente se instalan los cursores. Un directorio amplio de cursores (y muchos otros aspectos de la apariencia) disponibles para descarga se puede encontrar en Gnome Look. Es un repositorio inmenso de recursos para cambiar la apariencia de nuestro escritorio Gnome. KDE también tiene su repositorio análogo. Los cursores como tal vienen empaquetados y comprimidos en archivos .tar.gz generalmente. Bajo la sección X11 Mose Themes de Gnome Look vamos a escoger el que nos parezca apropiado, y lo descargamos. Para instalarlo, en vez de hacer clic en Personalizar…, vamos a hacer clic en Instalar…. Buscamos el archivo en donde lo guardamos y lo seleccionamos.

Una vez la instalación es exitosa, nos preguntará si lo aplicamos en ese momento o no. Si no, en todo caso podemos cambiarlo en el diálogo de la ventana Personalizar….

También es posible cambiar el tema del cursor mediante la clave de Gconf /desktop/gnome/peripherals/mouse/cursor_theme. Ahí va una cadena que identifica el tema del cursor. En esa carpeta (/desktop/gnome/peripherals/mouse/) también hay otras configuraciones del ratón y su comportamiento, que se pueden modificar en el diálogo Ratón, accesible desde Sistema → Preferencias → Ratón.

Editor de configuración - mouse
Preferencias del ratón

En el siguiente post ahondaré más en lo que significa un cursor de Gnome (y de X11 en general).

Guía extrema de Tuning para Gnome: Fondos (ii)

En el anterior post vimos aspectos básicos de la personalización de los fondos en el escritorio Gnome, por defecto en muchas distribuciones GNU/Linux actuales. Realmente es algo que sobra escribir en muchos casos, puesto que un usuario mínimamente interesado lo hubiera descubierto por sí mismo.

Slideshows

La carpeta de GConf para el fondo del escritorio en Gnome es /desktop/gnome/background. Nada puede ser más sencillo y descriptivo, a propósito. El lector conspicuo se habrá dado cuenta que Gnome no provee (aún) una interfaz gráfica intuitiva para configurar las presentaciones de imágenes o slideshows como fondo de escritorio. Sin embargo, configurando el ejemplo que tenemos por defecto como fondo y yendo hacia la clave en GConf, podemos darnos luces: /usr/share/backgrounds/cosmos/background-1.xml es lo que aparece en mi Debian, y probablemente en la mayoría de las distribuciones. Pero la ubicación es lo de menos, lo importante es que se trata de un archivo XML. Cómo, ¿un archivo de texto como fondo de escritorio? Vamos a echarle un vistazo a ese archivo:

Archivo XML para el slideshow

Un XML como cualquier otro: sencillo de comprender en un vistazo. Teniendo este XML, fácilmente podemos crear otros para que muestre nuestras propias imágenes o, por qué no, construir una GUI. Claro que, creo, es sólo cuestión de tiempo para que Gnome libere la versión oficial de esta GUI. Por otro lado, este efecto slideshow se podía lograr antes fácilmente al poner un script de bash que cambie periódicamente el contenido de la clave de GConf, por medio de gconf-tool.

Videos como fondo de escritorio

Es posible poner un video como fondo del escritorio Gnome, aprovechando una clave de GConf, /apps/nautilus/preferences/show_desktop. De hecho es un truco viejo y conocido, pero lo menciono por considerarlo útil para nuestro efecto.

Se trata básicamente de una aplicación, xwinwrap, que permite usar las aplicaciones como fondo de escritorio. Para esto, es necesario que la clave anteriormente mencionada no esté activa, es decir, su valor sea false. Este valor lo podemos cambiar con las diferentes herramientas que modifican la base de datos de GConf, así que dejaré que cada lector escoja la que desee. Xwinwrap tenía algunos fallos y falencias, además no estaba bajo desarrollo activo. De modo que un usuario publicó una actualización en 2008.  Para usar videos como fondos de pantalla además tendremos que instalar la aplicación mplayer, un magnífico reproductor de videos de gran aceptación y calidad, disponible en la mayoría de las distribuciones GNU/Linux actuales.

Para hacer efectivo el truco, pues, sólo hace falta descargar el programa mencionado (el archivo contiene paquetes .deb para aquellos que usen distribuciones basadas en Debian) y ejecutarlo:

./xwinwrap -ov -fs -- mplayer -wid WID -quiet ruta_al_video

Esto en caso de que no hayamos instalado la aplicación o ésta no se encuentre en el PATH del sistema. En caso contrario, se omite el «./». Xwinwrap también sirve para poner un salvapantallas como fondo de escritorio, como bien anota el autor:

./xwinwrap -ov -fs -- /usr/lib/xscreensaver/glmatrix -root -window-id WID

El programa tiene más opciones, que se pueden conocer ejecutando el programa sin argumentos. Para los que quieran, el código está disponible para su estudio en launchpad. También existe una aplicación aparte, gwinwrap, que no es más que una interfaz gráfica para xwinwrap.

Otros escritorios

Es posible usar otros escritorios, como el de KDE, para dibujar los iconos y el fondo de pantalla aún estando en Gnome. Por ejemplo, teniendo instalado KDE4, al ejecutar el comando plasma-desktop, el escritorio de KDE4 se sobrepondrá al de Gnome (cuyos iconos son manejados por Nautilus), permitiendo usar por ejemplo los widgets plasmoides. El fondo de escritorio, en este caso, será el que está configurado en KDE.

Escritorio de KDE4 en Gnome

Nautilus

Las claves que definen el fondo del navegador de archivos de Gnome, Nautilus, son /apps/nautilus/preferences/background_filename para la imagen, /apps/nautilus/preferences/background_color para el color y /apps/nautilus/preferences/background_set para activarlo o desactivarlo. Sabiendo esto, es posible programar un script en python, por ejemplo, que explote la clave para hacer un slideshow, por ejemplo de nuevo:

Pequeño e improvisado script en Python

El script está disponible acá, bajo licencia GPL.

Mucha máquina

La rápida expansión de los ultra-portátiles, también llamados netbooks no es sólo un síntoma de la crisis mundial y su impacto en las prioridades de los consumidores. El poco éxito de Windows Vista y el hecho de que actualmente, casi tres años después de su lanzamiento el mayor sistema operativo utilizado siga siendo Windows XP no es efecto únicamente de la baja calidad de Windows Vista. Y la apuesta de Google al presentar el que de lejos es el sistema operativo mas incompleto que he visto no es sólo ansias de competir contra Microsoft y Apple en este mercado.

Todo converge en un sólo hecho, duro e irrefutable: la gente se está dando cuenta de que no necesita comprar cada vez más memoria, cada vez más disco duro y cada vez en resumen máquinas más potentes para hacer las mismas tareas que hacían hace cinco, diez o quince años. He visto secretarias con 4GB de RAM, tarjeta de video última generación, Intel Core 2 Duo con Centrino a 2.2 GHz y quemador blu-ray para abrir Word y escribir una carta, y jugar solitario mientras responden llamadas. Cuando menos, irresponsable, anti-ecológico y derrochador.

Para revisar el correo, hacer documentos, hojas de cálculo, presentaciones de diapositivas y navegar en Internet, un computador de hace 5 años se comporta perfectamente. Es cierto que algunas personas tienen requerimientos de hardware mucho más exigentes, como los diseñadores o gamers, pero son casos excepcionales, no la regla. Así que no se justifica que una familia tenga que comprar un computador cada año simplemente porque el otro está muy viejo. ¿Viejo para qué? ¿Acaso un ama de casa o un estudiante de colegio necesita doble núcleo para redactar un ensayo o jugar solitario? No caigamos en la trampa, evaluemos muy bien la situación antes de comprar un nuevo equipo. Además le hacemos un favor al medio ambiente.

En ese sentido veo perfectamente adecuada la propuesta de Google, al presentar su sistema ChromeOS basado completamente en la nube. La mayor parte de la gente puede valerse con las diferentes alternativas ofimáticas en línea para sus quehaceres, sin necesidad de gastarse millones en un computador de última tecnología.

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Guía extrema de Tuning para Gnome: Fondos (i)

La primera cosa que uno personaliza en cualquier entorno de escritorio, ya sea Windows, Gnome, Mac o lo que sea, es el fondo de escritorio. Recuerdo en los tiempos de Windows 95, era lo único que yo personalizaba. Y yo era de los únicos que personalizaba algo. El fondo de pantalla es, además, la primera impresión que tiene alguien cuando se acerca a nuestro escritorio.

Un poco de historia: diálogo de cambio de Fondo de pantalla en Windows 98

Lo básico – Escritorio

En Gnome, así como en la mayoría de los entornos modernos, se puede cambiar el fondo de escritorio mediante menús y diálogos, también llamados interfaz gráfica. Para tal efecto, vamos a ir a Sistema → Preferencias → Apariencia, cerca a la esquina superior izquierda de la pantalla. Dentro de la ventana que se abre, buscamos la pestaña Fondo. Ya lo tenemos, una cuadrícula de imágenes. Si hacemos clic sobre alguna de ellas, el fondo, lo podremos ver, cambiará inmediatamente.

Preferencias de la apariencia - Fondo
Estilos

El Estilo es la manera en que será escalada la imagen. Así, Mosaico mostrará la imagen en su tamaño original, alineada con la esquina superior izquierda de la pantalla. Si la imagen es de menor tamaño que la pantalla, se repetirá vertical y horizontalmente. Ampliación ampliará la imagen hasta que cubra toda la pantalla, pero manteniendo sus proporciones, de tal manera que no se deforma, pero puede no mostrar algunas partes. Centrado dibuja la imagen en su tamaño original, en el centro de la pantalla. No importa el tamaño de la misma. Escalado escala la imagen sin alterar sus proporciones, pero hasta que sea lo más grande posible para ser mostrada totalmente en pantalla. Y Rellenar pantalla muestra toda la imagen en toda la pantalla, sin importar sus proporciones.

Por otro lado, Colores nos da los colores o el color que será de fondo en caso de que no seleccionemos imagen alguna o la imagen tenga transparencias. También estos colores serán el relleno de las partes del escritorio que no cubra la imagen. Puede ser un color sólido, o un gradiente.

Si no gustamos de alguna de las imágenes que vienen por defecto, siempre se puede hace clic en el botón Añadir… y escoger alguna de nuestro árbol de directorios.

Añadir otra imagen como tapiz

Otra manera más directa de acceder al diálogo de Fondo es haciendo clic derecho sobre cualquier parte del escritorio que no sea un icono y seleccionar Cambiar el fondo del escritorio. Las versiones recientes de Gnome permiten poner un slideshow como fondo, es decir una serie de imágenes que cambian con el tiempo.

Lo básico – Navegador de archivos

El navegador de archivos de Gnome, Nautilus, también permite cambiar su fondo. Para lograrlo, nos acercaremos al menú Editar y hacemos clic sobre Fondos y emblemas…, y arrastrar a la ventana del Navegador de archivos un patrón de los disponibles o bien un color. También podemos escoger una imagen de nuestro sistema, pero hay que tener en cuenta que de comportará como un patrón, es decir, en mosaico.

Fondos y emblemas - Patrones
Clic del centro

Otra manera de cambiar el fondo del Navegador de archivos es arrastrar la imagen que queramos como fondo unos pocos centímetros (como si fuéramos a mover el icono) con el botón central del ratón, y escoger la opción Usar como fondo. También otra manera de cambiar el fondo de escritorio es abrir la imagen que queramos y hacer clic derecho sobre ella. En el menú escoger Establecer como fondo del escritorio. Se supone que la imagen se abre con EOG, que es el comportamiento por defecto de Gnome.

El siguiente post de la serie estará dedicado a opciones más escondidas y pequeños trucos sobre los fondos.

Guía extrema de Tuning para Gnome: GConf

Gnome almacena la configuración referente a la apariencia y algunos comportamientos de los programas en un sistema llamado GConf. GConf consta de tres partes:

-Una base de datos, localizada en forma de archivos XML en el directorio .gconf/ en la carpeta del usuario. Esta base de datos contiene toda la información que controla GConf. Se pueden usar bases de datos externas como copias de seguridad.

-Un demonio, gconfd, que se encarga de monitorizar la base de datos y los cambios que en ella se hagan, para aplicarlos a las aplicaciones regidas por GConf inmediatamente, sin necesidad de hacer clic en un botón de «Aplicar» o de reiniciar el entorno de escritorio.

-Herramientas para modificar la base de datos de GConf. La base de datos, por su naturaliza de ficheros XML, puede ser modificada a mano por cualquier editor de texto. Sin embargo, muchos programas (no todos, desafortunadamente) proveen sus propias interfaces para modificar sus entradas en la base de datos de GConf. Además, GConf provee una herramienta de línea de comandos llamada gconftool para editar directamente las claves de la base de datos. Por si fuera poco, existe otra aplicación, gconf-editor, que viene con la mayor parte de instalaciones de Gnome, para editar de la misma manera la base de datos de GConf, pero de manera gráfica.

Utilización de gconftool
gconf-editor (Editor de configuración)

La organización de GConf se puede comprender haciendo la analogía con un sistema de archivos, con directorios y ficheros. Existen el en sistema de archivos los ficheros, que en GConf son las claves. Así mismo, los directorios pueden contener varios ficheros y directorios a su vez. De este modo, una clave típica de GConf puede ser /apps/gconf-editor/bookmarks. Cada clave puede ser de tipo entero (números enteros), booleano (verdadero o falso), cadena (una cadena de caracteres), flotante (números racionales) o lista (una lista de elementos). Cada clave tiene también un espacio para la descripción, que en el caso de /apps/gconf-editor/bookmarks es Carpeta de marcadores de gconf-editor.

Más información sobre la arquitectura interna de GConf puede ser encontrada en la página del proyecto, o en este enlace, en español.

Linux no triunfa (iv)

Los dos más grandes escollos que debe superar GNU/Linux para tener una buena participación en el mercado de los usuarios de escritorio, y acá me perdonarán que me decante por lo que todos dicen, es, como no, el contar con una buena lista de aplicaciones conocidas al usuario y un contrato con los fabricantes de equipos, de modo que venga pre-instalado. Lo uno acarreará lo otro, y viceversa.

No hay duda de que uno de los más grandes aciertos que tuvo Microsoft al comercializar el sistema operativo, Windows, fue el de firmar contratos con fabricantes de computadores. Sin dar al usuario medio la oportunidad de escoger, y siendo Linux aún un sistema muy poco amigable o inexistente, Windows de llevó todo el mercado. Algunos ponen en tela de juicio la moralidad de esa jugada, lo que no se puede reprochar. Pero lo que si es seguro es que fue la clave del éxito para Windows.

Y, como decía arriba, lo uno acarreó lo otro, de manera que pronto surgieron fabricantes de software que han ido puliendo sus ofertas, a punto de ofrecer un completo ecosistema de sofisticadas aplicaciones, todas ellas de pago. Y la posibilidad de piratear éstas aplicaciones, por motivo del mismo argumento que exponía en el post pasado, el de lo caro sobre lo barato (y ni hablar de lo gratis), alentó a los usuarios a optar por este sistema (sin contar, claro, la falta de alternativas). La falta de organización y del apoyo de una empresa importante en las primeras etapas de GNU/Linux fueron catastróficas.

Aparte está el tema de la publicidad. Tanto Microsoft como Apple tienen enormes músculos financieros que son capaces de pagar lo que sea por poner un anuncio en el SuperBowl o contratar a actores cotizados para actuar en guías. Y señores, todo entra por los ojos. Testigo de eso es el éxito que está teniendo Ubuntu, producto en gran parte por su agresiva política de promoción y el abultado bolsillo del dueño de Canonical.

Así las cosas, tenemos que las mayores causas de la baja penetración de GNU/Linux en el mercado de los escritorios se deben a procesos que ocurrieron en el pasado. Llegamos tarde.

Sin embargo, y como ha quedado claro a lo largo de esta serie de posts, son muchas las cosas por mejorar de parte de la comunidad de usuarios, como la de desarrolladores para dar ese empujoncito que necesario. Tal vez en entradas posteriores hable y me ponga del otro lado. Conozco gente que está en contra de la popularización de GNU/Linux, y francamente tienen muy buenos argumentos.

Linux no triunfa (iii)

En la anterior entrada hablaba de lo mal que le hace a la masificación de GNU/Linux el hecho de tener demasiadas opciones de donde escoger, así como el no disponer de una estandarización del escritorio o de las herramientas de desarrollo. Esto puede llegar a ser un verdadero problema, como decía, pero cada vez está siendo superado, no por la erradicación del lío, sino por otras ventajas como el trabajo en eye-candy y en integración que están haciendo Gnome y KDE, que contrarresta, por así decirlo, las falencias en cuanto a estandarización.

En este post hablaré de otro de los problemas que tiene GNU/Linux para llegar masivamente al usuario común: problemas en su comunidad de usuarios y su carácter de sistema muchas veces gratuito. Es probable que a más de uno no le gusten mis puntos de vista, pero creo que hay que pensar más allá del fanatismo y mirar todo objetivamente.

Prohibido el software prohibitivo

Muchos usuarios de GNU/Linux parecen extremadamente reticentes a usar o promover el uso de cualquier programa que no sea open source, aún cuando no hayan alternativas libres de calidad, o simplemente no hayan. No todo el software que corre bajo GNU/Linux tiene que ser libre, y lo que es más importante, no todos los usuarios que se pasan a GNU/Linux lo hacen por su filosofía libre. De hecho, según me he podido dar cuenta, la mayor parte lo hace por la ausencia de virus. La desincentivación generalizada de los programas propietarios en GNU/Linux le hace mucho daño a la masificación del mismo.

Muchas aplicaciones privativas sólo corren emuladas


El problema se acrecienta con Microsoft. Hay tanto fanatismo en la comunidad, que en ocasiones llega a ser agobiante. Cosas como «M$», «Mocosoft», «Microshit» y parecidas, no hacen más que dar una imagen del usuario de GNU/Linux de intolerante e infantil. Una imagen que no atraerá muchos usuarios nuevos que digamos. Nadie quiere que le digan que de donde venía era una basura.

Las cosas por su nombre

Lo peor es que esto es generalizado. No se donde comenzó, no se quién lo inauguró, pero muchos nuevos usuarios de GNU/Linux, especialmente los de Ubuntu, llegan a imbeciladas como «no nombres a winbugs porque me da jaqueca». Estoy seguro que el porcentaje de usuarios de Windows que desprecian a usuarios de GNU/Linux no es nada comparado con el contrario.

Es un círculo vicioso. La baja penetración de GNU/Linux en el escritorio, la falta de una plataforma de desarrollo unificada y la talibanización de muchos de sus usuarios en contra del software privativo evita que las grandes casas desarrollen para éste. Y la falta de aplicaciones profesionales con una firma productora reconocida detrás, después de todo, es la mayor causa de la no adopción por cuenta propia de los usuarios de escritorio hacia los sistemas operativos GNU/Linux como alternativa seria. Otra historia son los contratos que tiene Microsoft con los fabricantes de equipos, o el gigantesco mecanismo de publicidad que posee la misma Microfost o Apple. Pero ese es tema de otro post.

Hay que reconocer que el negocio de la venta de licencias de software es mucho más lucrativo que el de soporte, que es el modelo por excelencia del software libre. Al menos en el área de usuarios de escritorio. Y las compañías que usan este modelo (Adobe, Microsoft, AutoDesk, etc) por definición, no comercializan software libre. Tal vez sea cierto, viéndolo desde ese punto de vista, que GNU/Linux no sea un sistema operativo apto para todo el mundo, no por su infraestructura o su complejidad de manejo, sino por sus usuarios precisamente, y la filosofía de software que ellos manejan.

Nos gusta pagar

Si vale tanto debe ser por algo, ¿no? Lo barato sale caro. Estas simples frases, ampliamente conocidas como refranes populares, lo resumen todo. No es que nos guste pagar, es que nos gusta tener algo que venden. Por eso, en parte es el éxito de Apple. Ha creado una imagen de lo cool, de lo caro pero con estilo tan bien, que vende. Y por eso la gente también prefiere usar Windows.

Es importante puntualizar el hecho de que GNU/Linux no es hecho por adolescentes sin vida social. Esto le confiere, y lo he escuchado, un carácter de sistema de juguete. «Para los que quieran trabajar y jugar, Windows, para los diseñadores y artistas, Mac. Linux es un sistema de juguete para los que no tienen nada que hacer». Es importante darle a conocer a la gente que buena parte de GNU/Linux es desarrollado por compañías multinacionales, con plantas de miles de empleados y millones de dólares son invertidos en el sistema. Invertidos, ojo, que no es filantropía, es un negocio. Es importante que sepan que Linux está desde en servidores y supercomputadores, hasta en módems y dispositivos portátiles como celulares. Esto es prueba irrefutable de la escalabilidad de Linux, que puede, como no, servir como sistema de escritorio.

En el siguiente post hablaré finalmente de los que son problemas que escapan al control de GNU/Linux. Estos son, sin duda alguna, los mayores escollos a superar, pero los más difíciles.